El típico dentista de toda la vida. El doctor es cercano y humilde. Te explica lo que ve y lo que va a hacer sin que tengas la sensación de que vaya a por tu dinero. Tampoco es de los más baratos, pero aprecias la calidad y esmero con la que realiza el trabajo, es muy limpio y de las veces que he venido, después del pinchazo de la anestesia, no he sentido nada. Ni dolor ni otra cosa. Lo bueno es que solo atiende él, de manera que siempre serán las mismas manos y no varios los que te atienden.
La sala donde te trata es moderna y llena de aparatitos de esos que hacer ruido. Hay mil y todos parecen servir para algo distinto.
La sala de espera es sencilla y muy muy tranquila. No hay gente de un lado para otro, ni publicidad, ni música, ni gente hablando por teléfono. Pura paz. De hecho hay una tele, pero esta apagada. Tienes como 50 revistas de prensa rosa, coches, naturaleza, decoración, etc., y a pesar de que no hay wifi el 4G llega a tope.
Los aseos están en la misma sala de espera y están limpísimos.
Izan Tesla
El típico dentista de toda la vida. El doctor es cercano y humilde. Te explica lo que ve y lo que va a hacer sin que tengas la sensación de que vaya a por tu dinero. Tampoco es de los más baratos, pero aprecias la calidad y esmero con la que realiza el trabajo, es muy limpio y de las veces que he venido, después del pinchazo de la anestesia, no he sentido nada. Ni dolor ni otra cosa. Lo bueno es que solo atiende él, de manera que siempre serán las mismas manos y no varios los que te atienden. La sala donde te trata es moderna y llena de aparatitos de esos que hacer ruido. Hay mil y todos parecen servir para algo distinto. La sala de espera es sencilla y muy muy tranquila. No hay gente de un lado para otro, ni publicidad, ni música, ni gente hablando por teléfono. Pura paz. De hecho hay una tele, pero esta apagada. Tienes como 50 revistas de prensa rosa, coches, naturaleza, decoración, etc., y a pesar de que no hay wifi el 4G llega a tope. Los aseos están en la misma sala de espera y están limpísimos.
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